El castillo de Almenara. Arquitectura defensiva bajomedieval en la Mancha de Cuenca


Consuelo Vara Izquierdo y José Martinez Peñarroya

En la región de Castilla - La Mancha y en el suroeste de la provincia de Cuenca se halla el municipio de Puebla de Almenara. Sobre la cresta de la pequeña cordillera cercana se sitúa el castillo de Almenara, origen de la villa y linea de frontera entre dos sistemas medievales de gobierno de estas tierras, el Señorío de Alarcón al y la Encomienda de Uclés, donde se hallaba la Mesa Maestral de la Orden Militar de Santiago. El entorno del edificio fortificado se mantiene como hace siglos, rodeado de la ancestral vegetación de carrascas y encinas, que constituyen el hábitat de especies como conejos, perdices y jabalíes, manteniéndose un valioso ecosistema que se inserta en las lomas y llanuras que constituyen la estribación noreste de la inmensa región natural de La Mancha.

El castillo de Almenara conserva tres recintos defensivos (Vara, 1990). Los dos interiores fueron edificados, muy posiblemente, a inicios del siglo XIV, cuando el Infante Don Juan Manuel (1282 - 1348) es el señor del castillo y otorga la carta Puebla a la villa de Almenara (1332).Tras un periodo bajo dominio de la Orden de Santiago (1335-1343), será patrimonio de los sucesores del Infante que se desprenderán pronto del edificio. Tras la propiedad de varias familias, en el año 1487 es adquirido por el cardenal D. Pedro González de Mendoza (1428-1495), quien edifica el tercer recinto, la soberbia barrera artillera. En el siglo XVI el castillo de Almenara es transformado en una residencia palaciega, seguramente por mano de Dña. Ana de Mendoza y de la Cerda (1540-1592), la Princesa de Éboli, que lo recibe de su padre el Conde de Mélito. La fortaleza se mantiene hasta el año de 1612, fecha de un documento que expresa el inicio del abandono del castillo. Dos siglos más tarde se levanta un plano del conjunto de los restos, en el que se constata las consecuencias del proceso de extracción de materiales de construcción, desapareciendo incluso uno de los paramentos de la barrera exterior. Una centuria más tarde pasa a formar parte del patrimonio de una de las familias de Puebla de Almenara, cuyos descendientes conservan esta singular fortaleza bajomedieval. En la actualidad promovemos un programa de difusión del castillo, con diversas líneas de actuación que pasamos a describir.

Fig. 1.- Situación del castillo de Almenara en la meseta sur de la Península Ibérica y término de Puebla de Almenara

Los proyectos de consolidación arquitectónica y excavación arqueológica han tenido hasta el momento dos fases. La primera se realizó a caballo de los años 1985 y 1986, consistiendo en el desescombro del área central, la consolidación y reconstrucción de algunos paramentos y la excavación de cinco catas de sondeo arqueológico (Coll et al., 1987; Solías et al., 1987). Recientemente, entre los años 2020 y 2021, se ha realizado un nuevo proyecto de consolidación y seguridad, con objeto de iniciar el acondicionamiento del conjunto a la visita. Además de una campaña de excavación arqueológica, se ha intervenido sobre algunos paramentos del primer y segundo recinto, así como la instalación de escalera y pasarela metálica en parte del adarve de la barrera artillera (López et al., e.p.; Martínez, 2020; Martínez y Vara, e.p.; Vara y Martínez, e.p.a.; e.p.b.). 

Fig. 2.-El castillo de Almenara en la finca"La Dehesilla", monte mediterráneo en el que se halla situada la fortaleza 

Aún queda mucho por conocer del castillo de Almenara, aunque el edificio es citado desde hace décadas en repertorios castellológicos (Ortíz, 1960; Bordejé, 1970; 1974; Retuerce, 1983; Cooper, 1991; Ruibal, 1992; Rodríguez, 1992; Ruibal, 1997; Herrera, 2007; Romero e Isidro, 2008; Moreno, 2019). El paso de los siglos y los avatares sufridos por la fortaleza ha ocultado parte de las estructuras y ha hecho desaparecer casi todo el interior del área residencial. No obstante, otros puntos del conjunto se han mantenido en buen estado, como es el caso del aljibe situado en el centro de la mencionada área de habitación del castillo. Excavado en la roca y revestido de un recubrimiento que propiciaba la salubridad del agua se halla en la actualidad en parte relleno de diversos materiales que esperamos retirar en una próxima intervención. Alrededor de este aljibe se halla una estancia que mantiene tres tercios de su cubierta de bóveda de piedra y que tradicionalmente se ha considerado como las caballerizas del castillo. A su vez y rodeando a aljibe y estancia abovedada, se organizan cuatro crujías que fueron el núcleo del área de habitación de la fortaleza. Estas cuatro crujías, coincidentes prácticamente con los cuatro puntos cardinales, dejan en su centro un espacio cuadrado en el que se hallaba el patio del castillo, con columnas que sostenían las galerías de paso a los pisos superiores de la mencionadas estancias. En el suelo del patio se abre el acceso superior al citado aljibe y que hoy permanece cerrado por motivos de seguridad.

A pesar del expolio al que se sometió el edificio durante siglos, se mantienen restos que nos muestran el día a día de la vida en un castillo bajomedieval. Restos de un horno realizado en ladrillo, piletas de decantación y pesebres, ambas estructuras realizadas en mampostería y recubiertas de yeso, así como rellenos de material de desecho, especialmente fragmentos cerámicos de recipientes de servicio de mesa y de transporte y almacenamiento de alimentos, son evidencia de la actividad cotidiana de los habitantes del castillo. Otros puntos concretos del edificio conservan elementos que nos hablan del origen militar del conjunto fortificado. Altos muros flanqueados de torres semicirculares, aspilleras y saeteras para el disparo con ballestas, cámaras de tiro en la barrera exterior para la utilización de armas de artillería e incluso la construcción de una imponente torre de planta pentagonal en el punto más vulnerable del acceso a la fortaleza, son elocuentes del empleo de recursos poliorcéticos o del “arte de atacar o defender plazas fuertes”. En esta línea no podemos olvidar las puertas de cada uno de los tres recintos fortificados, siendo especialmente significativa la situada en el exterior del conjunto, torre-puerta con acceso acodado y que fue cerrada mediante mampostería de piedra en un momento que aún no conocemos.


Fig. 3.-Planta esquemática con expresión de los tres recintos fortificados y ruta de visita al castillo

El futuro de un Bien de Interés Cultural como es el castillo de Almenara es su integración en un programa de conservación y difusión. Como hemos comentado anteriormente hemos concluido una fase de consolidación y seguridad y ya trabajamos en la redacción de un segundo plan, que amplíe las zonas de actuación anteriores y nos permita conocer nuevo aspectos del castillo. Y mientras tanto se inicia otra fase de trabajo de campo, promovemos una serie de actividades que difundan el pasado y el presente de este magnífico conjunto fortificado. Para ello hemos creado y mantenemos la página castillodealmenara.es y @castillo_de_almenara en Instagram. En ellas exponemos la historia sucinta del edificio, así como las convocatorias de actividades y los enlaces a las publicaciones realizadas por nosotros, fruto de la investigación reciente sobre la fortaleza. Destacamos el artículo que próximamente será publicado sobre la evaluación de modelos 3D de los restos arqueológicos del castillo de Almenara utilizando dos UAVs con diferentes sistemas de navegación.

Un edificio con una trayectoria de al menos siete siglos ha sufrido lo suficiente y es momento de estabilizar su deterioro e integrarlo en una dinámica de nuevos usos y como marco a actividades relacionadas con el patrimonio histórico, tal como es entendido a inicios de este siglo XXI. Y esta integración es imprescindible que sea también en el entorno en el que se sitúa el monumento. No entendemos hoy día la desconexión y aislamiento de bienes culturales que se hallan próximos y forman parte de un mismo pasado en un territorio y paisajes comunes. En este sentido, el castillo de Almenara forma parte del mundo bajomedieval de la Mancha de Cuenca y es coetáneo a otros conjuntos que se conservan, cuales son el núcleo urbano de Villaescusa de Haro y los restos de su castillo, la villa de Uclés y su magnífico monasterio, llamado “el Escorial de la Mancha”, además de otros lugares singulares cuales son el Castillejo de Saelices o el castillo de Fuentes.

El patrimonio no solo está constituido por piedra labrada sino que las fiestas populares que se conservan en el entorno también son parte de este “paisaje cultural” que hemos de integrar. La fiesta de “la Endiablada” del municipio de Almonacid del Marquesado o “El Vítor” de la cercana villa de Horcajo de Santiago son dos magníficos ejemplos de esta tradición conservada. También la arquitectura tradicional integra este patrimonio y al respecto son emblemáticos los molinos de viento que se conservan y en ocasiones se ponen en funcionamiento en el núcleo urbano de Mota del Cuervo. Concluimos esta rápida visión del pasado con los elementos materiales que pueden ser admirados en la colección etnográfica del recientemente inaugurado museo "Miguel Lucas de Iranzo” de la localidad de Fuentelespino de Haro.

En definitiva, nos sentimos orgullosos de estar vinculados a esta singular fortaleza y al proyecto de futuro que henos expuesto en las líneas precedentes. Entendemos el patrimonio histórico como la investigación y conservación del conjunto de elementos del pasado que deben ser transmitidos a las siguientes generaciones. Somos meros depositarios del testimonio común del tiempos anteriores y nuestro trabajo está encaminado a entregarlo a nuestros sucesores en las mejores condiciones posibles. Y Si quieren conocer la época bajomedieval en Castilla pueden hacerlo visitando el castillo de Almenara.

Bibliografía

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VARA IZQUIERDO, C. y MARTÍNEZ PEÑARROYA, J. (e.p.b). Campaña de excavación arqueológica 2020 en el castillo de Almenara (Puebla de Almenara, Cuenca), Comunicación presentada al congreso Cuenca: su historia y sus tierras, organizado por la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la UCLM y celebrado en Cuenca entre los días 8 y 10 de septiembre de 2021. 


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