La Endiablada de Almonacid del Marquesado. Una ancestral fiesta del ciclo de Primavera en la Mancha de Cuenca

José Martínez Peñarroya y Consuelo Vara Izquierdo


La “Endiablada” de Almonacid del Marquesado (Cuenca) es una fiesta de fecha de origen desconocido y que se sigue celebrando en honor de la Virgen de la Purificación y de San Blas, obispo mártir de la ciudad armenia de Sebaste a inicios del siglo IV d.C. La fiesta tiene lugar en el municipio conquense, situado a algo más de un centenar de kilómetros de Madrid a inicios del mes de febrero, fecha que coincide con la celebración de la Virgen de la Candelaria, momento del resurgir de la naturaleza que se repite cada año. 



                    Fig. 1.- Diablos de Almonacid del Marquesado, febrero 2002


La primera vez que tenemos noticias de la fiesta quizás sea la visita del pionero y aún máximo exponente de la Etnología española, D. Julio Caro Baroja (1914 – 1995) junto a George M. Foster (1913 - 2006) (Foster, 1951; 2003) en el año 1950. Seguramente se conserve algún material gráfico de aquel momento, pero no será hasta catorce años después cuando retorna para rodar un documental dirigido por su hermano Pío, quien recordará posteriormente las vivencias de aquel rodaje (Caro, 2002). Un año después D. Julio publicará el primer estudio sobre el tema (Caro, 1965) que será el inicio de la difusión de la fiesta, convertida hoy en la más reconocida e internacional de la Mancha de Cuenca. Posteriormente siguieron otras aportaciones (González Casarrubios, 1977; Calvo, 1981; García Martín, 1986; Delgado y Aboy, 1987; Enero, 2002), aunque no con la profundidad y extensión de este estudio primigenio, hasta culminar en el simposio celebrado en Almonacid del Marquesado en el año 2006, donde se expusieron varios aspectos de la fiesta (Abad, 2006). Si a ello unimos una serie de películas documentales, la primera de ellas asesorada por el propio Caro Baroja y dirigido por su hermano Pío. (Coll y Caro, 1964). Posteriormente se realiza y difunde en TVE otro documental inscrito en una serie folklórica de la época (García et alíi, 1975), además de otros dos que permanecen inéditos y que al parecer se circunscriben al mundo académico (González y Kaniowsky, 1979; Enero, 1998). La difusión de la obra de Cristina García Rodero (1949- ), la fotógrafa de fiestas tradicionales más reconocida en el último medio siglo, contribuyó también a la difusión de la Endiablada (García Rodero, 1989).


El día 3 de febrero del año 2002 asistimos a la fiesta y fotografiamos la procesión de San Blas y los diablos. Apenas medio centenar de diapositivas de las que hemos rescatado ahora alguna que ilustra este texto. No recordamos bien el número de diablos, pero es posible que se acercara al centenar. Nos sorprendió el colorido de la indumentaria de los diablos, no así de los danzantes, similares a otros trajes de la vestimenta de la tradición folklórica castellana. De estos, destacamos en su momento, las evoluciones entorno al palo y las cintas de colores y los dichos y recitados del “corifeo” que sujetaba el remedo de árbol en el centro de la plaza. Sin embargo, no recordamos especialmente el ruido de los cencerros, quizás minimizado por la atención a las evoluciones y gesticulación de los diablos frente a San Blas. Tampoco recordamos otros fotógrafos, quizás no era fin de semana y la popularización de la fiesta no se hallaba en el punto actual. 



                     Fig. 2.- Grupo de danzantes en El Hito, marzo de 2019

En la propia Mancha de Cuenca se conservan otras fiestas con manifestaciones folklórica singulares, aunque en la denominada Mancha Alta la mejor estudiada y conocida es esta. Creemos que excepto las danzas de paloteo de Mota del Cuervo no deben conservarse manifestaciones festivas singulares en lugares como Pedroñeras, Belmonte, El Provencio, El Pedernoso o San Clemente. En Puebla de Almenara y según testimonio oral, se celebraba la fiesta de los “Mayos” hasta la última guerra civil. En esta fiesta se loaba a la Virgen de la Misericordia y se danzaba en torno a un palo con cintas. La hermandad denominada “La Randa” era la encargada de dar vida a esta parte de la fiesta. No obstante, la fiesta de la Endiablada no era privativa de Almonacid del Marquesado y alguna hermandad similar se conserva en el entorno. No podemos olvidar a los diablos del contiguo término de El Hito. La endiablada de este lugar gira en torno a la Virgen de la Encarnación, tanto en su fiesta el día 25 de marzo, como en el tercer sábado de mayo con la romería a Villas Viejas, donde la tradición sitúa el hallazgo por un pastor de la imagen de la patrona del pueblo. La indumentaria de estos diablos es bastante similar a los de Almonacid, aunque sin la presencia de la mitra de San Blas. También se conservan danzantes masculinos en lugar de las mujeres de Almonacid que danzan en bajo la dirección de su “alcaldesa”. Las manifestaciones festivas singulares, el folklore “en su acepción literal de “conjunto de costumbres, creencias, artesanías, canciones, y otras cosas semejantes de carácter tradicional y popular” es especialmente relevante también en el término contiguo de Saelices (Moya, 2007).


Si nos circunscribimos al espacio geográfico de la cabecera del río Gigüela (Malabia, 2006) podemos  mencionar los municipios donde se conservan manifestaciones folklóricas singulares o donde han desaparecido en tiempos recientes, como sucede en Horcajada de la Torre donde, hasta 1947, se realizaban danzas de de “enagua, paloteo y poco más”. También citar que en Torrejoncillo del Rey hubo endiablada, posiblemente hasta mediados del siglo XVIII y Tarasca con la figura de un toro que abría la boca y hacía ruido por las mandíbulas hechas con herraduras. En Palomares del Campo se danza en honor de la Virgen de la Cabeza, danzantes, gitanillas y tunos. También había una endiablada, cuya última representación tuvo lugar hacia 1915. En Saelices se danza a la Virgen del Remedio que tiene su ermita en Cabeza de Griego. Hay un grupo de tunos y algunas personas mayores llaman a los tunos “diablos”. Al respecto la última y brillante aportación a estos tunos de Saelices es la del Dr. Pedro Reyes Moya Maleno (2007) donde se realiza una extensa y lúcida exposición de los antecedentes de las “fratías” en el Mundo Antiguo y su perduración en grupos de hombres que se unen para el festejo bajo unas determinas normas que excluyen a otros.


Pero las fiestas sin manifestaciones de folklore singular se extienden por esta Mancha de Cuenca. Y así, fiestas de San Blas se siguen celebrando en Horcajo de Santiago y El Acebrón (Poves, 2006), además de en El Congosto y en Tarancón en menor medida, con visita al santuario de Riansares donde se venera a imagen del santo. En Horcajo destaca sobremanera la fiesta del “Vítor” que se celebra en la tarde del 7 de diciembre. Siguiendo el ciclo de invierno también se celebra La Candelaria (2 de febrero) en Zarza de Tajo). Ya en el ciclo de primavera destacan las fiestas de la Cruz de Mayo, fiesta principal en Almendros, con batalla de moros y cristianos y también fiesta en Villares del Saz. Al respecto señalamos que también se celebran estas batallas de moros y cristianos en los municipios de Casas de Haro, La Alberca de Záncara, Villarejo-Periesteban y Valverde de Júcar, con las fiestas del 5 de enero al 10 de enero en honor al Santo Niño. Es de notar que se conservan memoria de ellos en El Acebrón, Palomares del campo, Legamiel y Rozalén del Monte (Malabia, 2006).



                                                       

Fig. 3.- Tres diablos en Almonacid del Marquesado, febero de 2018


Según algunos autores, como el mencionado D. Julio Caro Baroja, estas fiestas de La Candelaria y  San Blas se insertan en las fiestas del Carnaval o del resurgir de la naturaleza tras el invierno. En el caso de Almonacid un carnaval sin máscaras, al haber prescindido de ellas en las últimas décadas, aunque se mantengan en otros lugares, como es el caso de la fiesta de las Botargas de Almiruete (Guadalajara) (Junquera, 2006). Estos diablos no son seres que amedrenten al resto de la población, sino que la vestimenta y quizás el ruido de los cencerros tienen precisamente a ahuyentar a las fuerzas del mal que puedan asolar al pueblo. De ahí su recorrido por muchas calles, además de estar unidos a la celebración mariana primero y del santo después, cambiando de gorro en cada uno de los actos religiosos: “Los “diablos” son hombres con devoción al santo. Creen que el intenso esfuerzo físico que realizan durante las fiestas descritas lo pueden ofrecer como penitencia y por promesa.” (Caro, 1965).


En un tiempo los augurios para la fiesta no eran buenos. El propio D. Julio ahonda en otros textos en ello, recordando su primera visita de 1950 "desde entonces, poco más o menos, comienza el proceso de despersonalización, el triunfo del plástico y la glorificación de los electrodomésticos como bien supremo. Para mí, el comienzo del fin" (Caro, 1972). Pero D. Julio se equivocó, afortunadamente. Hoy día hay más diablos que nunca, siendo diablos hasta la muerte: "Tanta importancia tiene el ser diablo para estos hombres que cuando uno de ellos muere todos van al entierro vestidos de diablos. incluso el difunto es vestido con su traje de diablo. Durante el entierro los diablos no tocan los cencerros. los sujetan con la cachiporra para que no suenen. y una vez enterrado el cadáver comienzan a tocar los cencerros y van sonando hasta la casa del sacerdote al que acompañan." (González (Casarrubios, 1977). La fiesta continúa y ha evolucionado en ciertos aspectos, desde la desaparición total de las máscaras al aumento progresivo del número de diablos, que en la actualidad supera el centenar y medio. Sin duda una fiesta llamada ahora a perdurar y dar testimonio de la complejidad de las tradiciones de la Mancha de Cuenca.


Literatura y filmografía


Abad González, Luisa (coord.) (2006). El patrimonio cultural como factor de desarrollo: estudios multidisciplinares. Universidad de Castilla-La Mancha, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha : Ayuntamiento de Almonacid del Marquesado.


Calvo Cortijo, Luis (1981). La endiablada de Almonacid. Revista Olcades, 3. Cuenca


Caro Baroja, Julio (1965). Los "diablos" de Almonacid del Marquesado. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares tomo XXI, 40-62.


Caro Baroja, Julio (1972). Los Baroja. Madrid, Ed. Taurus. 560 p.


Caro Baroja, P. (2002). Recuerdos de un documentalista e Historias de la vieja querida. Pamiela, Pamplona.


Coll, Pedro (productor) y Caro, Pío (director) (1964). Los diablos danzantes de Almonacid del Marquesado. NO-DO y el Año del Pueblo, Documentales folklóricos de España. 9.26 m. https://www.youtube.com/watch?v=PhR_GFqrDhs. Último acceso 25/01/2018.


Delgado Burgos, María de los Angeles y Aboy Armendáriz, Elisa (1987). La Candelaria de San Blas en Almonacid del Marquesado (Cuenca). Mitos y símbolos. Actas de las III Jornadas de Etnología de Castilla-La Mancha: Guadalajara, 1985, 1987, ISBN 84-505-8637-2. 421-428.


Enero Sobrino, Antonio (1998). Almonacid y su endiablada [Videograbación]. Cuenca, Zoom 3000. , D.L. 1998. 1 videocasete (VHS) (26 min).


Enero Sobrino, Antonio (2002). Almonacid del Marquesado y la endiablada. Almonacid del Marquesado, Excmo. Ayuntamiento. 35 p.


Foster, George M. (1951). Report on an ethnographical reconnaissance of Spain. American Antthropologist, 53. 311-325.


Foster, George M. (2003). La cultural tradicional en España y América. Sevilla, Ef. Signatura Demos


García Alonso, Jose Luis  y Asensio, Miguel (productores), Serrano, Carlos (director) (1975). Raíces - La endiablada de Almonacid. Radiotelevisión Española. 22,36 m. http://www.rtve.es/alacarta/videos/raices/raices-endiablada-almonacid/3636145/. Último acceso 25/01/2018.


García Martín, Pedro (1986). Ritos agrarios de Castilla. Cencerros y diablos en Almonacid del Marquesado (Cuenca). Historia 16, ISSN 0210-6353, No 117, 1986, págs. 89-95


García Rodero, Cristina (1989). España oculta. presentación Julio Caro Baroja. Barcelona ; Madrid : Lunwerg, D.L. 1989. 148 p. ] : principalmente fot. ; 29 x 29 cm. BNMADRID  BA/33943


González Arpide, José Luis y Kaniowsky, Miguel (1979). Documental etnográfico sobre la Endiablada de Almonacid del Marquesado. Filmado con dos cámaras, en formato de súper 8. Montados 40 minutos con sonido directo. Inédito.


González Casarrubios, Consolación (1977). Notas sobre los diablos de Almonacid del Marquesado". Narria. Estudio de artes y costumbres populares, nº5. 32-35.


Junquera Rubio, Carlos (2006). La Endiablada de Almonacid del Marquesado (Cuenca): identidad e integración social en La Mancha Alta. En Abad González, Luisa (coord.) (2006). El patrimonio cultural como factor de desarrollo: estudios multidisciplinares. Eds. Universidad de Castilla-La Mancha y Ayuntamiento de Almonacid del Marquesado. 35-54.


Malabia Martínez, Vicente (2006). La Danza del Rey David ante el Arca: orígenes religiosos de la danza. En Abad González, Luisa (coord.) (2006). El patrimonio cultural como factor de desarrollo: estudios multidisciplinares. Eds. Universidad de Castilla-La Mancha y Ayuntamiento de Almonacid del Marquesado. 93-126.


Moya Maleno, P.R. (2007). “Ritos de paso y fratrías en la Hispania Céltica a través de la Etnología y de la Arqueología”, en R. Sainero (coord.): Pasado y Presente de los Estudios Celtas. Fundación Ortegalia-Instituto de Estudios Celtas. A Coruña. C-3675/2007. 169-242.


Poves Jiménez, Marino (2006). El patrimonio etnográfico de La Mancha Alta. En Abad González, Luisa (coord.) (2006). El patrimonio cultural como factor de desarrollo: estudios multidisciplinares. Eds. Universidad de Castilla-La Mancha y Ayuntamiento de Almonacid del Marquesado. 163-182.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Arquitectura tradicional en la Mancha de Cuenca. Dos chozos en el término de Almendros

Castillos en el aire. Patrimonio material y patrimonio virtual del Castillo de Almenara (Puebla de Almenara, Cuenca)

La Casa – palacio del obispo Don Juan de Cuenca. Arquitectura civil del siglo XVII en Puebla de Almenara (Cuenca)