Arquitectura tradicional en la Mancha de Cuenca. Dos chozos en el término de Almendros

Vara Izquierdo, Consuelo y Martínez Peñarroya, José

Desde la prehistoria la humanidad ha desarrollado diversos modos de hábitat, de formas de cobijo, frente a los rigores del clima y a la sucesión de las estaciones. La evolución de los abrigos rocosos y cuevas a las chozas vegetales y desde estos hábitats, generalmente de carácter esporádico, a la arquitectura realizada mediante mampuestos de piedra o tapias de tierra, que suponen la plena sedentarización de los grupos humanos sobre los diversos paisajes de.la Península Ibérica. Así, hace apenas cuatro o cinco mil años, surge la arquitectura, sobre unas bases que se mantienen en su esencia inalterables: edificaciones realizadas con materiales perdurables y adaptación de las construcciones a los distintos ecosistemas y actividades socioeconómicas de cada grupo humano. Hasta la arquitectura de nuestros días se ha recorrido un largo camino, pero aún subsisten ejemplos de otras arquitecturas, la denominada “Arquitectura sin Arquitectos”, (Rudofsky, 1964; 2020) que nos obligan a reflexionar sobre aquellas personas y pueblos que, aunque no muy lejanos en el tiempo, vivían de una manera bastante diferente a la nuestra.

Una serie de construcciones de paredes piedra y cubierta en ocasiones vegetal y en otras también en piedra, generalmente de pequeño tamaño y planta cuadrangular o circular, se han destinado secularmente a ser construcciones auxiliares para las labores agropecuarias (Martínez Peñarroya, 1992: 1993). Situadas a pie de explotación, fuera de los núcleos urbanos, se diseminan aún hoy día por numerosas comarcas españolas, con especial concentración en territorios de las actuales comunidades de Castilla y León y Castilla - La Mancha, así como Levante, Extremadura y algunos lugares de Andalucía. La síntesis de estas edificaciones no está ni mucho menos realizada, aunque en la ultima década se han publicado artículos y se han escrito algunas monografías sobre el tema, siempre de carácter local.



Fig. 1.- Foto chozo de la Fuentecilla (Almendros, Cuenca)


En la Mancha de Cuenca, en las campiñas y llanuras del sureste de esta provincia, límites con Toledo y Albacete, se conservan bastantes construcciones de este tipo, que aquí se denominan “chozos”. Las características tipológicas de estos edificios de mancha conquense es la realización de una base en piedra, de planta circular, de metro o metro y medio de altura y algo menos de medio de espesor, sobre la que sitúa una cubierta realizada también en mampostería de piedra y mediante la curiosa técnica de aproximación de hiladas. Este modo consiste en aparejar una hilada de mampuestos de piedra de planta circular y encima de esta otra que sobresale aproximadamente un tercio sobre la vertical de la anterior, hacia el centro. En la cúpula resultante se deja una abertura de medio metro de diámetro para la evacuación de humos. El conjunto se impermeabiliza mediante un repellado de yeso, con más espesor y uniformidad al exterior. El conjunto suele presentar una pequeña puerta de apenas un metro de altura, orientada hacia el sur, para recibir algo de luz e insolación.


Fig. 2.- Foto detalle de la puerta del chozo de la Fuentecilla


Tradicionalmente se han utilizado como edificios auxiliares en las labores agrícolas, refugio ante el mal clima y almacén de los aperos de labranza, así como casetas para los guardas de las viñas en tiempos de vendimia (Vara y Martínez, 2013). Sin embargo, en estas tierras manchegas, muchas de las estructuras se construyeron y utilizaron para habitación de pastores. Por ello se conservan aún anejos los corrales, de fábrica de piedra en seco y no más de metro de altura, que servían de encerradero del ganado ovino, en las largas noches de la estancia en los pastos o en los periodos de trashumancia. No tenemos apenas constancia de la mención de los antecedentes de la arquitectura tradicional de la meseta sur. No obstante en capítulos de alguna monografía se mencionan los posibles precedentes de estas arquitecturas (Jerez, 2004). No por escasas estas menciones son menos valiosas ya que se esbozan los momentos históricos que posiblemente se asientan algunos materiales y tipologías. Edades del Bronce y del Hierro (mediados del II y I milenio a.C. respectivamente) así como Hispanorromanos y andalusíes serán básicamente las etapas que aportan soluciones edilicias que cristalizarán posteriormente, ya en plena Edad Moderna (s. XVI y XVII). No nos corresponde aquí exponer estos antecedentes, aunque no descartamos alguna futura entrega específica sobre estos temas. Por el momento, las referencias más precias a la arquitectura tradicional de la Mancha de Cuenca, son los estudios de Jose Luis García Grinda (2004, 2005), que no han tenido continuación por el momento en otras investigaciones y estudios de campo.


Fig. 3.- Foto chozo Ribao (Almendros, Cuenca)


En estas páginas exponemos dos ejemplos que se conservan en el término municipal de Almendros. Realizamos la visita de campo hace casi una década y de esa fecha es la documentación gráfica que adjuntamos a estas líneas. El primero de ellos aparece cartografiado como “Chozo de la Fuentecilla” y se halla situado junto al carril del Tesoro, que parte del camino de las Pulgas, que en dirección N-S termina en la Vereda de los Serranos. El mencionado carril del Tesoro, de orientación SO-NE termina en la CM-3011 de Villarrubio a Pozorrubio. Su estructura es de planta circular realizada en mampostería de piedra caliza hasta una altura de 1,25 m. A partir de este punto y hasta los 3,25 m de altura se desarrolla una cubierta de falsa cúpula, también realizada mediante mampuestos de caliza de mediano tamaño. En la clave de la cúpula queda una abertura de unos 50 cm de diámetro. El diámetro interior es cercano a los 3 m, mientras que el espesor de la pared es de 50 cm. La altura de la puerta es de 1,10 cm. Se halla revocado al exterior con yeso, mientras que al interior presenta una escasa lechada del mismo material aunque ahumada con una capa de hollín. Su estado de conservación era bueno en aquel momento y no presentaba signos de alteración en el suelo interior, de tierra en polvo. Adosado al mismo se hallan varios corrales realizados mediante pared de mampostería en seco de un metro de altura.



Fig. 4.- Foto detalle de la cubierta del chozo Ribao


La segunda de las estructuras es el llamado “Chozo Ribao”, aunque en alguna de la cartografía consultada se denomina “Chozo Derribado”. Se sitúa en el cruce del camino de Montalbo y la senda llamada del Chozo Ribao. Esta estructura tiene la misma fábrica que la anterior, aunque de dimensiones algo mayores: 1,85 m el paramento y 3,50 m de altura en el interior. La anchura de la puerta es de 82 cm y su altura es de 1,45. Las dimensión interior es de 3,51 m de anchura desde la puerta al fondo y de 3,25 en la perpendicular. El espesor de la pared es de 0,42 m. También se hallaba bien conservado, con revoco de yeso a interior y exterior. Al igual que el anterior presenta abertura en la clave de la cúpula y signos de ahumado en la pared interior. El suelo se halla alterado por conejeras. Las paredes de piedra en seco que se hallan al este de la estructura definen uno corrales de mayor extensión que el chozo anterior.


Mudos relictos de otros siglos, la conservación de estos elementos arquitectónicos, protegidos por la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla - La Mancha, es imprescindible para conocer y legar a las nuevas generaciones, el tiempo y el trabajo de los que nos antecedieron y forjaron los pueblos y paisajes que hoy nos acogen.


Bibliografía


García Grinda, J.L. (2004). La arquitectura popular de la Mancha Alta Conquense: características y propuestas para su rehabilitación. Cuenca, Asociación para el Desarrollo de la Sierra y Mancha Conquense. 44 p.


García Grinda, J.L. (2005). La arquitectura auxiliar, complementaria y del común de la Mancha Alta Conquense. Cuenca, Asociación para el Desarrollo de la Sierra y Mancha Conquense. 99 p.


Jerez García, O. (2004). Arquitectura Popular Manchega. Las Tablas de Daimiel y su entorno. Ciudad Real, Excma. Diputación Provincial. 324 p.


Martínez Peñarroya, J. (1992). De las casas de palos y ramas. Arquitectura de cubierta vegetal en España. Priego de Córdoba: Antiqvitas. 3. 80-89.


Martínez Peñarroya, J. (1993). Paisaje y Arquitectura. Priego de Córdoba: Antiqvitas. 4. 90-99.


Rudofsky, Bernard (1964). Architecture without architects: a short introduction to non-pedigreed architecture. New York, Museum of Modern Art; distributed by Doubleday, Garden City, N.Y.


Rudofsky, Bernard (2020). Arquitectura sin arquitectos : un breve introducción a la arquitectura sin pedrigí. Logroño, Pepitas de calabaza s.l. 156 p.


Vara Izquierdo, C. y Martínez Peñarroya, J (2013). Patrimonio histórico y energías renovables. Etnografía de los parques eólicos “Capiruza I y II” (Albacete). Zahora, Revista de Tradiciones Populares, 57. 90-117.

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